Hogar de Annabella Martínez. Diseñado y construido por su marido François, y concluido hace 10 años. 

La Sra. Martínez ha vivido en San Miguel de Allende durante 50 años. Fue actriz, productora,restauradora y tenía su propio teatro en una antigua casa.

Según la propia descripción de los propietarios, esta es una casa bohemia. 

Al ingresar por la entrada cerrada, pasas por una escultura de sirena y el árbol de mezquite que dan nombre a la casa. 

Al entrar en el gran jardín con cítricos y ficus, es casi necesario detenerse y examinar el medio ambiente. 

Los árboles, una fuente, los muebles de patio, las paredes y los techos están decorados, con una asombrosa veracidad de los artículos.

La parte cubierta está llena de fotos de sus muchos familiares y amigos de más de sus 83 años en esta tierra. 

Las plantas y los árboles tienen cuentas, globos relucientes, artefactos ymás colgando de las ramas, un maravilloso y colorido tapiz de pared es en realidad una cortina de ducha que compró en Cuba. 

¿Puedes elegir a la sirena? Siéntate un poco, mira alrededor de este espacio, es casi como un país de hadas.

Al entrar en el primer piso de la casa, se ven espacios acogedores y cálidos para comer y socializar. 

Algunas pinturas de Richard Peterson, quien dio clases en el Instituto Allende local, cuelga en un extremo de la habitación y en la pared opuesta hay un retrato de la Sra. Martínez de cuando tenía 35 años y dirigía el restaurante Mama Mia, aquí en San Miguel de Allende. 

La fotografía que está al lado es de ella y François. Tenga en cuenta que en el archivo foto, ella está sentada en el mismo banco frente a ti.

Debajo de las escaleras hay una alacena de “Harry Potter” con una encantadora puerta baja. Nos dijeron que una mujer muerta vive adentro y sale para el Día de los Muertos. 

Un retrato sobre el piano es de la Sra. Martínez cuando tenía 16 años y aprendió a tocarlo.

¿Te has fijado en las rosas secas? Mira hacia el techo: éstas provienen de una tradición amorosa iniciada por su marido, quien semanalmente, le traía un ramo de rosas frescas. 

Después de su muertey su mudanza a esta casa continuó recibiendo rosas semanalmente, las secaba y luego  las colocaba en las vigas.

Un testimonio de un hombre especial.

La ordenada cocina tiene una pared de fotos que representan a personas de las artes que ella ha admiradoa lo largo de los años. 

Un escalón, el gabinete de especias abierto es una maravilla de conveniencia. Y, más rosas.

Sube la escalera interior hasta un piso de habitaciones que ocasionalmente alquila durante un mes a la vez -uno se llama “Grecia” y tiene fotos y recuerdos de ese país. También un “vistazo”Vista de la ciudad abajo. 

Otro se llama “París” de nuevo con momentos de allí.El baño incluso tiene un equipo muy “francés”: un bidé. La mesita para comer y la minicocina es un espacio común compartido por ambas suites.

Subiendo por la escalera de caracol, se llega a una amplia terraza con vistas al oeste sobre elciudad. 

Justo enfrente y debajo de ti, hay un jardín y la casa de su nieto, que estudia para ser veterinario. Entrena aves rapaces de diferentes tipos: águilas y halcones. 

Allí se encuentra un águila negra residente en el jardín, tendrás que buscar en las sombras para encontrarla.

Volviendo al patio de entrada a través de la escalera de caracol exterior, comprueba si has contado todass las sirenas de la casa. 

¡La bendición es que solo hay un árbol de mezquite!

“Es detrás de los muros que ves cómo vivimos”